Rosalía Mejía Rosasco
La Pandemia, condujo a la cuarentena, al aislamento social, pero no se si han advertido que durante ese periodo restricciones severas, todos los ciudadanos nos convertimos en personas con discapacidad. Vivimos con discapacidad para ejercer por nosotros mismos nuestros derechos personales, familiares, sociales, jurídicos, patrimoniales, en todos los aspectos de nuestras vidas encontramos obstáculos en el ejercicio de nuestros derechos.
Nos convertimos en dependientes del apoyo de otros para comprar nuestros alimentos, medicinas, fuimos aislados de toda participación en la sociedad. Tuvimos que vivir confinados en nuestros domicilios sin posibilidad de realizar actividades sociales, reuniones familiares o de cualquier tipo, movilizarnos libremente, participar de paseos recreacionales, visitar y ser visitados, prestar servicios, recibir servicios de las autoridades públicas y privadas que prestan servicios públicos,trabajar, contraer matrimonio, contratar, iniciar una empresa, reconocer un hijo, acompañar a nuestros familiares y allegados en los centros de atención hospitalaria, etc.
Incluso sufrimos la discriminación de no poder recibir atención médica, tuvimos problemas en atender no solo la salud de nuestros familiares, sino también la muerte de un ser querido. Este hecho que de por sí conlleva en todas las circunstancias tristeza, durante la cuarentena se complicó por nuevos problemas que tuvieron que afrontarse para cumplir con los rituales que prosiguen al fallecimiento de una persona.
Hoy se inicia una cuarentena inteligente con menos restricciones, su fundamento se sustenta en la posibilidad de toda persona de elegir por sí misma su propio cuidado y cuidar de la salud de sus familiares, compañeros de trabajo o de otras actividades,. El peligro del contagio del coronavirus no ha cesado, sigue presente y nos piden que apredamos a vivir “una nueva realidad”. Nos exigen vivir con restricciones, seguiremos teniendo limitaciones para el ejercicio de nuestros derechos, los obstáculos y las barreras no han sido eliminados, es tan solo una nueva convivecia social, donde nos aceptemos frente a la diversidad, con la misma dignidad que merece todo ser humano en cualquiera de las circunstancias en que se encuentre.
Deseo para todos y cada uno de ustedes un nuevo inicio. Tengo la esperanza que esta experiencia nos hará más humanos, mas confiados en aceptar el cambio.